EL MILAGRO
Jesús necesitaba estar a solas con sus discípulos para descansar y evitar enfrentamientos indeseados. Por eso emprende la travesía de recorrer los aproximadamente siete kilómetros que había desde Capernaum hasta la otra orilla del mar de Galilea. Pero la gente había estado observando las maravillas que El hacía y viendo zarpar el barco se apresuraron a llegar hasta donde Jesús iba por tierra. En esta zona hay una bella planicie siempre verde llamada El-Batiya; probablemente este fue el escenario de un milagro tan llamativo.
Si aceptamos que este suceso es anterior a la Pascua, es lógico pensar que la gente que seguía a Jesús desde Capernaum se haya encontrado con otra gente que iba a Jerusalén para la fiesta y estos también hayan querido ver a Jesús.
Lo cierto es que, una vez reunido allí Jesús con sus discípulos, sobre un monte, la gente comenzó a llegar, después de haber caminado largos kilómetros lo más aprisa posible para no perder a Jesús. Al ver la multitud Jesús se llenó de compasión y comprendió que estaba cansada y hambrienta. Es lógico que preguntara a Felipe en donde conseguir comida, porque Felipe era de aquella zona conocida como Betsaida Juliana...Felipe calcula doscientos denarios (doscientos días de sueldo de un jornalero)
para dar sólo un poco de pan.
Pero Jesús sabía muy bien qué habría de hacer...Parece que Andrés es quien entiende las posibilidades del Maestro y le avisa que hay un niño que ha traído cinco panes y dos peces, aunque su pregunta, casi retórica, acerca una duda. Los dos pececillos tal vez provenían del propio mar de Galilea... Jesús entonces dispuso que sus discípulos organizaran a la gente que se recostó sobre la hierba. Entonces tomó los alimentos, dio gracias y los repartió entre los discípulos, quienes lo dieron a la multitud, que era de más de cinco mil personas, quienes comieron hasta saciarse (Se usa la palabra griega chortazesthai que quiere decir "empachados, llenos hasta la saciedad").
Jesús hizo recoger a los discípulos los pedazos que habían sobrado (los judíos en las fiestas dejaban algo de lo que comían para los sirvientes) y se recogieron doce canastas de pedazos, una por cada discípulo.
LA ENSEÑANZA
Algunos dudan de la certera autenticidad del relato literal, y afirman que lo que Juan describe es una alegoría a lo que sucedió realmente.
Sin embargo los posibles argumentos no son consistentes: es probable que la gente, ansiosa de ver a Jesús, no haya tomado precauciones ni haya considerado el largo camino qué hacer. Además estaban acostumbrados a caminar largos kilómetros...Jesús se marchaba y le perderían. Es lógico pensar que se encontraran cansados y hambrientos después de tamaño esfuerzo, y sin provisiones.
La primera enseñanza la extraemos de las actitudes de Felipe y de Andrés.
Felipe parece decir "no podemos hacer nada ante este problema" que Jesús le planteaba. Andrés por su parte, actúa, esperanzado en una mínima porción de comida, pero atento a lo que quiera hacer Jesús. El sólo hace lo que está a su alcance y trae el muchacho ante Jesús, esperando lo que el Maestro disponga.
Nunca sabremos qué podrá hacer el Señor con una persona que traigamos ante El.
Otra enseñanza la extraemos del propio niño. No tenía mucho que dar y tal vez lo provisto no saciaría su propia hambre. Pero no puso excusas.
Presuponemos que Jesús le pidió al niño los panes y los peces; el niño podría haberse negado diciendo: "es para mí" en una actitud egoísta pero comprensible, o "es muy poco" en una actitud analítica y falta de fe. Pero le dio los panes y los peces a Jesús...¡Qué acontecimiento notable no hubiera sucedido si este niño no actuaba generosa y confiadamente!
Nosotros debemos ser como aquel niño: tal vez lo que tenemos es muy poco; tal vez es lo único que tenemos para saciar nuestra necesidad. Pero si lo entregamos a Jesús, El no sólo hará que nuestra propia necesidad sea satisfecha, sino que a través de nosotros podrá satisfacer la necesidad de otros.
Otra enseñanza parte de la misma multitud. Al ver el milagro confirman que Jesús es el profeta que habría de venir...Estaban dispuestos a proclamarle rey allí mismo. Sin embargo, al marcharse Jesús para estar solo, se volvieron decepcionados. No mucho tiempo después gritarían ante Pilato "crucifícale..."
El Señor no desea que le sigamos por sus milagros sino que confiemos nuestra vida enteramente a El. Hoy muchos buscan en El solamente milagros y Jesús, como en aquella oportunidad, vuelve a marcharse para estar solo, entristecido porque muchos quieren usarlo a El en vez de dejarse usar por El.
Aplicación:
Como Andrés, debemos estar dispuestos a traer personas delante de Jesús, no importa cuán simples ellas sean. Como el niño, debemos dejar todo lo nuestro en manos de Jesús para que El lo use según su voluntad y su poder...Y además, debemos comprender que Jesús es un Rey que anhela vivir en nuestro corazón, al que debemos seguir por amor y no por intereses materiales.
Cuestionario de repaso:
¿Qué te llama más la atención respecto al milagro?
¿Qué valor tienen las actitudes de Andrés y del niño...?
¿Por qué se molestó Jesús con la gente después del milagro y qué lección tomamos de este suceso?
Versículo para aprender de memoria:
"Entendiendo Jesús que iban a venir para apoderarse
de El y hacerle rey, volvió a retirarse al monte El solo"
S. Juan 6: 15

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