EL MILAGRO
Algunos intérpretes creen que Juan hace referencia a la curación del sirviente del Centurión que se relata en S. Mateo 8: 5-13 y S. Lucas 7: 1-10; pero hay diferencias que nos permiten asumir este milagro como otro distinto a aquel.
La historia es muy sencilla:
Según Juan Jesús está de viaje desde Judea a Galilea; al pasar por Samaria se encontró con una mujer que creyó en El y ésto hizo que permaneciera dos días en Samaria. Ahora Jesús continúa su camino hacia Galilea. Los galileos le recibieron con la expectativa de ver que haría Jesús pues le habían visto actuar en Jerusalén, purificando el Templo, predicando y bautizando, porque ellos habían ido también a Jerusalén a la Fiesta de la Pascua. También recordaban el milagro de las bodas en Caná... Jesús llega a Caná y allí recibe a un oficial del rey Herodes (el rey romano gobernaba sobre todas estas provincias) que, sabiendo que el Maestro estaba allí, sale a su encuentro para pedirle que sane a su hijo que, en Capernaum, del otro lado del lago de Galilea, a más de treinta kms., estaba muriendo. El oficial le pide a Jesús que vaya hasta Capernaum. Jesús hace una observación sobre la fe tan débil del pueblo que necesitaba señales y prodigios... Pero la preocupación del oficial hace que casi no escuche a Jesús e insiste nuevamente. Jesús entonces y sorprendentemente, dice al oficial: "Tu hijo vive"; y el hombre creyó a la palabra de Jesús y volvió a su ciudad.
Podemos imaginar la ansiedad con la que viajó hasta Capernaum; cuando llegó allí sus siervos salieron a recibirle para decirle que su hijo había sanado.
El oficial preguntó a qué hora había sucedido este hecho tan sorprendente y ellos dijeron: "A las siete"; él entonces comprendió que era la misma hora en que Jesús le había dicho que su hijo estaba sano.
Entonces este oficial del rey creyó en Jesús; y junto con él toda su familia.
LA ENSEÑANZA
Podemos extraer algunas enseñanzas de la actitud del oficial del rey:
En primer lugar vemos a un hombre noble, de gran importancia en el gobierno, recurrir en su tremenda necesidad, a un simple carpintero. No era muy probable que esto ocurriera y mucho menos con un oficial del soberbio imperio romano. Seguramente su acción causaría sorpresa a muchos y despertaría comentarios irónicos y hasta críticos. Pero frente a la dimensión de su problema, este oficial se olvidó de su orgullo y ni la distancia ni las diferencias sociales pudieron detenerlo para exponer su problema delante de Jesús.
En segundo lugar, vemos a un hombre que no se siente descorazonado e insiste con su pedido aunque Jesús le haya respondido de manera algo desinteresada y hasta crítica. Es posible que Jesús haya dicho: "Si no viereis prodigios y señales, no creeréis" dirigiéndose a los galileos que, seguramente, esperaban ansiosos para ver cómo se resolvería el asunto. Pero también podemos pensar que Jesús estaba probando al oficial, porque también lo hizo en otras oportunidades (ver S. Mateo 15: 21-28). Si el hombre hubiera abandonado su intento por el orgullo o el desánimo, ante la respuesta de Jesús, el Maestro hubiera sabido que su fe no era auténtica.
En tercer lugar, estamos ante un hombre de una fe muy grande. Podemos decir ésto, porque debe haber resultado muy difícil para el oficial volver a su casa con sólo la palabra de Jesús... No olvidemos que él quería que el Maestro fuera hasta Capernaum. Pero sólo recibió una afirmación de Jesús y eso le bastó para volver presuroso a encontrarse con su hijito y la esperanza de que estuviera sano.
Finalmente, el oficial nos muestra una actitud de entrega total a Jesús, porque no se olvida del Maestro después de que su hijo sanara, sino que cree en El con toda su casa... Muchos llegan desesperados pidiendo a Jesús una bendición especial, pero luego de recibirla, sus vidas siguen igual que antes y se olvidan del Señor... No fue así con este hombre.
Jesús, por su parte, nos enseña en primer lugar que no hace diferencia de personas... El oficial representaba a un gobierno que sometía a su pueblo; pero tenía un grave problema y la fe puesta en El. Jesús sabía que podía ganarse la crítica de los galileos. Pero su amor es universal y así actúa.
También vemos que Jesús realiza este milagro sin ningún tipo de sensacionalismo... Sólo dice al hombre: "Tu hijo vive..." y nada más. Probablemente los galileos se quedaron decepcionados. Pero Jesús no buscaba su aplauso ni hacerse popular, como ocurre con algunos en nuestro tiempo; El sólo quería hacer el bien, y lo hizo con delicadeza, con prudencia y sin llamar la atención. Tal vez muchos galileos nunca sabrían si el hijo del oficial había sanado; pero ésto a Jesús no le importaba. El sólo tuvo en cuenta la fe del oficial, y de acuerdo a ella respondió.
Aplicación:
Como el oficial, también nosotros debemos acercarnos a Jesús sin orgullo ni soberbia, con la fe suficiente para insistir ante El y confiar que con una palabra El puede darnos lo que tanto necesitamos.
Como Jesús, debemos amar a todas las personas, actuando con humildad, sin vanagloria, anhelando el bien de todos.
Cuestionario de repaso:
¿Qué sucedió cuando Jesús llegó a Caná de Galilea?
¿Por qué supo el oficial romano que la sanidad de su hijo era obra de Jesús?
¿Qué hizo el oficial romano después de encontrar a su hijo sano?
¿Cuál enseñanza te parece más importante, repasando las acciones del oficial?
¿Qué nos enseña Jesús?
Versículo para aprender de memoria:
"Jesús le dijo: Ve, tu hijo vive. Y el hombre creyó la
palabra que Jesús le dijo, y se fue."
S. Juan 4: 50

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