lunes, 3 de abril de 2017

Lección nº 5: JESUS ANDA SOBRE EL MAR S. Juan 6: 16-21 S. Marcos 6: 15-21 S. Mateo 14: 22-27



EL MILAGRO



Después de alimentar a las más de cinco mil personas Jesús se había retirado al monte solo, porque temía que la multitud lo tomara y lo proclamara rey. Se hizo de noche y (según relata Marcos) Jesús dejó dicho a sus discípulos que se adelantaran, mientras convencía a a la multitud que se volviera a sus casas.

Los discípulos comenzaron a navegar, tal vez después de haber esperado un tiempo prudencial a Jesús, para volver por mar a Capernaum. Entonces se desató una tormenta cuando los discípulos se habían adentrado en el mar aproximadamente cinco kilómetros...Es decir que habían hecho casi todo el recorrido; no podían volverse atrás. Es lógico pensar que se esforzaron sobre los remos para mantener la barca en dirección y llegar cuanto antes a la orilla. Es entonces cuando ellos ven a Jesús andar sobre el mar... Algunos interpretan, de acuerdo al original griego, que Jesús caminaba junto a la orilla. Puede haber sido que Jesús haya llegado caminando antes que los discípulos por el mar y se les acercara caminando desde la orilla; pero Juan habría dicho en su relato que ellos estaban llegando y no lo dice (Mateo y Marcos dicen literalmente que la barca estaba "en medio del mar"). El mar de Galilea tenía aproximadamente seis kilómetros en esta parte y es casi seguro que a los discípulos les faltaba un trecho extenso aún para llegar a la orilla, porque de lo contrario se hubieran bajado y hubieran tirado de la barca.

Eran vísperas de Pascua, de lo que se deduce que había luna llena, lo que permitía que hubiese gran visibilidad, a pesar de lo adentrado de la noche (según otros evangelios casi las tres de la mañana).

Juan además detalla que Jesús se acercó a la barca y subió a ella porque dice que con gusto los discípulos le recibieron (Marcos afirma que Jesús subió a la barca, contra la opinión de Barclay y otros comentaristas de S. Juan y Mateo relata el famoso incidente con el apóstol Pedro).

Cuando los discípulos vieron desde lejos a Jesús tuvieron miedo (esta actitud reafirma el hecho sobrenatural) creyendo ver a un fantasma. Pero Jesús claramente les advirtió: "Soy yo, no temáis". Entonces le recibieron en la barca y pronto llegaron a la otra orilla.

Mateo y Marcos afirman que al subir Jesús a la barca, el viento se calmó, y los discípulos se maravillaron por ésto.





LA ENSEÑANZA



Juan escribe estas cosas muchos años después (más de sesenta) y seguramente más allá del milagro, quedaron en su corazón algunas cosas de la personalidad del Maestro, manifestadas en estos sucesos:

En primer lugar comprendió que Jesús nunca dejó de tenerlos en cuenta y de observarlos. Aún en el momento de más íntima comunión con el Padre no se olvidó de sus discípulos, y tal vez en la diáfana luz de la luna sobre el mar, desde lejos no apartó su vista de sus seguidores...

En segundo lugar Juan vio a Jesús venir al encuentro de ellos, mientras ellos luchaban contra la tormenta. Jesús no se contentó con observar desde lejos; vio que sus discípulos estaban en problemas, y se acercó hasta ellos para aliviarlos con el inefable don de su presencia...

En tercer lugar Juan pudo percibir que Jesús les ayudó cuando tal vez sus esfuerzos se agotaban. El apareció en el momento preciso y su voz serena y calma infundió la confianza y la tranquilidad que el tormentoso viento les iba quitando... Finalmente Juan pudo sentir que, al subir Jesús a la barca, no solamente el viento se calmó, sino que navegaron prontamente hasta la orilla... Con la presencia de Jesús, el viaje cansador e inquietante se convirtió en un tranquilo y pronto navegar hasta la seguridad de la tierra seca.



Aplicación:

De la misma manera que Juan pudo percibir y guardar en su corazón por tantos años el poderoso influjo de la presencia de Jesús en medio del mar y la tormenta, así también los creyentes debemos saber que la mirada de Jesús no se aparta jamás de nosotros y que El nunca nos olvida.

También sabemos que El vendrá hacia nosotros en la aflicción y la prueba.

Muchos enseñan que Jesús nos espera...Esto es cierto, pero a veces, en las aflicciones más profundas, no tenemos las fuerzas suficientes para acercarnos a El. Entonces El viene hacia nosotros. Y al venir hacia nosotros y entrar en nuestra vida (como una barca en medio del mar) El trae la ayuda necesaria, la calma y la paz, de manera tal de llevarnos a un puerto seguro.



Cuestionario de repaso:

Haz un breve resumen de como ocurrió este suceso tan especial.

¿Por qué tuvieron temor los discípulos, y que les hizo perder ese temor?

¿Qué recordaría Juan más de sesenta años después?

¿Qué enseñanza te parece la más importante para tu vida hoy?



Versículo para aprender de memoria:

"Mas El (Jesús) les dijo: Yo soy; no temáis..."

S. Juan 6: 20

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